¡Cuántos hogares hay aún con paredes con gotelé! Durante décadas era el método más socorrido para disimular las imperfecciones producidas por la mano de obra. Pero, hoy en día, esta técnica está completamente desfasada y quitar el gotelé se ha convertido en un habitual en los presupuestos de reformas. Si estás pensando en eliminarlo de tu vida, aquí te damos algunas opciones.

Paredes lisas: Es lo más socorrido y económico pero es un trabajo costoso y no es fácil dar un acabado totalmente homogéneo, por eso, lo mejor es dejarlo en manos de profesionales. Aunque también puedes hacerlo tú mismo si te consideras muy manitas. Hoy en día hay una gran variedad de pinturas y lo bueno de tener las paredes lisas es que, en un momento dado, puedes empapelarlas o colocar vinilos.

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Papel pintado o vinilos: Sin duda, darán un toque muy original a tus espacios. Actualmente existe una gran oferta de papeles pintados con diferentes estampados, colores y texturas, y tenemos que saber elegir acorde con nuestra decoración.  Obviamente hay que colocarlas sobre paredes ya alisadas, pero ¡ojo! cuidado si decides ponerlo tú mismo, porque pueden salirte las dichosas pompas o arrugas. Respecto a los vinilos, son más fáciles de poner, crearán un ambiente muy original y, además, si te cansas, puedes despegarlos en cualquier momento sin necesidad de raspar la pared.

Paredes texturizadas: Al alisar la pared, tal vez te des cuenta de que el gotelé estaba haciendo bien su función y que las paredes no están homogéneas. En ese caso, imprime textura en ellas utilizando materiales como estuco, ceras, telas o aplica varias pinturas con efecto de rascado. Se pueden conseguir resultados realmente atractivos, con volúmenes, darle un toque industrial o rústico… en definitiva, darás un gran cambio a la imagen de tus espacios.

 

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Revestidas con madera: Para los amantes de la madera y la naturaleza lo ideal es decorar las paredes forrándolas con placas de madera. (Sigue leyendo sobre esto en nuestro post de revestimientos de madera)

Ladrillo visto: Esta tendencia de los últimos años consiste en dejar al natural el ladrillo. Se le puede dar algún acabado con pintura con la técnica del esponjado dejando medio pintado el ladrillo o también lo puedes cubrir entero de tal manera que se aprecie el relieve del ladrillo, pero no su color original. Está muy de moda aplicar la técnica del ladrillo visto en una sola pared y el resto de paredes en pintura lisa.

Colocar baldosas o azulejos: Aseos o cocinas son los lugares por excelencia para usar este material, pero ¿por qué no atreverse con otras partes de la casa? Hay una amplia gama de baldosas con diferentes texturas y dibujos que pueden ayudar a dar una imagen muy original a tu espacio. Una ventaja es que son fáciles de limpiar y pueden durar toda la vida.

¡A qué esperas para acabar con ese gotelé!