Las casetas o los cobertizos de madera son un elemento ornamental de terrazas y jardines que, además, tienen muchas utilidades prácticas. Dependiendo de sus metros y distribución pueden servir como centros de almacenaje para guardar muebles de exterior en invierno, bicicletas, cajas, etc. o darle un uso más social y que sirva como coqueto punto de encuentro o de habitación independiente.

Con el paso de los años, el sol, la humedad y el frío, la madera puede deteriorarse, agrietarse y perder su lustre inicial. Unos pequeños consejos pueden ayudarnos a mantener perfectamente aisladas y conservadas nuestras casetas de jardín para sacarles provecho también en invierno.

¿Empezamos?

Proteger las fachadas de madera

Lo primero que debemos hacer es limpiar bien toda la superficie exterior con productos específicos para ello, que eliminen los residuos sin ser excesivamente agresivos. Este es un buen momento para comprobar el estado de la fachada: podemos remover la silicona de las juntas y aplicar una nueva capa que nos asegure un buen aislamiento y evite futuras filtraciones, y reparar con masilla los desperfectos que pueda tener la madera.

También debemos prestar especial atención a la existencia de agujeros o manchas en la superficie que delate la presencia de carcoma, algas, hongos o moho. Un último aspecto antes de empezar es comprobar el estado de las ventanas y puertas, cubrir los vidrios y retirar los elementos metálicos antes de comenzar el tratamiento.

A continuación, comenzaremos a lijar la superficie de la caseta o cobertizo para retirar los restos de barnices o pinturas previas.  Una vez limpia, aplicaremos una primera capa de protección que hidratará la madera y, a la vez, nos servirá como insecticida y fungicida.

Lo más importante es que estos productos sean de alta calidad, que dejen respirar la madera y que sean inocuos con personas, animales y plantas. Desde Dekinsa recomendamos la utilización de los productos específicos de Osmo para el cuidado de madera exterior que, asimismo, son de fácil aplicación y alta resistencia a los rayos ultravioletas, la humedad y las bajas temperaturas. La línea de Osmo dispone de productos que no exigen lijado previo y que son aptos para todas las maderas de coníferas y especies exóticas, como pino impregnado a presión, abeto Douglas, cedro, roble, bangkirai, teca, eucalipto o maderas tratadas térmicamente.

Esta primera capa podemos aplicarla con una brocha con cuidado de no utilizar un exceso de producto y siempre que no haga demasiado sol, lluvia o viento.

A continuación, nos aseguraremos de que esté completamente seca.

Pintar o barnizar las casetas

La segunda fase de nuestro trabajo de mantenimiento consistirá en aplicar la capa de protección. En este punto podemos optar por una amplia gama de tonos de barnices o pinturas en función del resultado que queramos conseguir.  Como novedad y siguiendo las tendencias decorativas actuales, Osmo tiene una línea especial para colores metalizados.

Es importante que el producto que escojamos sea impermeable y que proteja de los rayos ultravioletas. Una vez completamente seco, puedes utilizar una lija muy desgastada para frotar suavemente cualquier rugosidad o imperfección que haya quedado en la superficie.

El mantenimiento debe hacerse en función del deterioro de la caseta y siempre antes de que la pintura o barniz comience a estropearse. Este tratamiento puedes realizarlo también con los suelos entarimados del exterior, bancos, balcones, jardineras de madera o celosías.

Osmo te ayuda a cuidar y proteger tu decoración de exterior con productos de alta calidad y eficacia probada. Consulta aquí toda su línea específica para el cuidado de la madera exterior ¡y alarga la vida útil de tu caseta de jardín!